4 de octubre de 2008

Recorrido de las fiestas de San Fermín en 127 años de carteles.

Son parte tradicional de estas universales fiestas, que se celebran del 6 al 14 de julio en Pamplona. Los carteles de San Fermín, revisados cronológicamente, muestran la evolución estética de la historia del diseño y las artes gráficas, pasando por gran variedad de estilos y técnicas.

En 1881, el año en que nacían Pablo Ruiz Picasso o Juan Ramón Jiménez, las fiestas patronales de Pamplona, las de San Fermín, incluían por ver primera el cartel anunciador. Aunque, desde 1816 ya se encargaban pequeñas ilustraciones, dedicadas en exclusividad a la fiesta de los toros, y habría que esperar a 1881 para ver el primer cartel oficial, que cambiaría cada año y que incluía programas de mano a todo color, como recordaba el cronista de Pamplona, José Joaquín Arazuri en su "Historia de los Sanfermines".


Cartel de 1881.

Después se iniciaría una serie de carteles bien costumbristas, muy pegados al estilo local de la época, a lo sumo con concesiones al modernismo y los vientos de París, pero sin recoger en ningún modo las vanguardias de principios de siglo XX, ni los "ismos" que revolucionaban el arte. Destaca la labor del pintor Pedro de Lozano de Sotés, que pintaría más de un cartel de San Fermín, hasta crear "una iconografía propia, una estética de las fiestas de San Fermín que todavía queda como una marca de Pamplona", como señaló su nieto Pedro Lozano, autor de un libro sobre su ilustre abuelo.


Cartel de 1909.


Cartel de 1950, de Pedro Lozano de Sotés.

Sólo la Guerra Civil, los sucesos de 1978, con el asesinato de Germán Rodríguez por un disparo de la Policía y el asesinato de Miguel Ángel Blanco, que provocó la suspensión de los actos de las fiestas, han interrumpido una acontecimiento que se remonta a 1591, que en aquel año se celebró ya en 7 de julio y con corridas taurinas, que debían de ser en la actual plaza del Castillo.


Cartel de 1936.

Arriba, el último cartel de San Fermín antes de la Guerra Civil, cuyo alzamiento militar llegaría poco más tarde, el 18 de julio, y que en Pamplona se viviría con especial intensidad -y afección a los sublevados- en la céntrica plaza del Castillo. Serían dos años sin fiestas... y sin ilustraciones.


Cartel de 1945, con el legendario Manolete.

Las figuras más importantes del toreo hacían -y hacen- visita obligada al coso pamplonica. Como Manolete, cuya biografía en cine se estrenará próximamente, con Adrian Brody, y que se preveía estrenar en estas fiestas de 2008. El cartel de 1945, pues, refleja la importancia de la fiesta nacional en los Sanfermines, un motivo que siempre ha acompañado a muchos de los soportes gráficos, con detalles de encierros o con el toro como fuente de inspiración.



La fotografía se había inventado en pleno siglo XIX, pero los promotores de los carteles no decidieron integrarlo en los programas oficiales hasta finales de los setenta. Se priman unas composiciones fotográficas de un realismo casi extremo, casi con desidia en la elección, de imágenes no especialmente brillantes o evocadoras del encierro, cuando se cumplían cien años de los primeros carteles festivos. El carácter artístico, al menos decorativo, estético, de los carteles sufre un considerable retroceso o pasa por una época de búsqueda, de indefinición.


Cartel de 1981, el del centenario de este arte gráfico.

Los setenta y los ochenta no fueron los años más excelsos en creatividad, sin bien en la década de la "Movida" se verían algunas muestra significativas de esa estética tan reconocible. Tiempo de transición hacia la etapa más limpia, sobria, en la que el cartel de San Fermín se convierte, sobre todo, en un reclamo publicitario, comercial y pasa a ser una pieza de diseño gráfico, más que artístico.

Se prima el concepto claro, directo, a poder ser ingenioso, y se da paso también al humor, a las ocurrencias, a la creatividad publicitaria. El punto de giro en esta nueva etapa la daría el ya emblématico cartel diseñado por Mikel Urmeneta que, con un estilo a lo Keith Haring, iniciaría después su exitosa carrera comercial al frente de la empresa Kukuxumuxu.


Cartel de 1990, que triunfó impreso en camisetas, de Mikel Urmeneta.

El diseño por ordenador, en programas vectoriales -sin píxeles- se adentra con fuerza en el siglo XXI, como el cartel que se muestra abajo, del músico y diseñador pamplonés Pablo Errea, que quiso fusionar la imagen del asta del toro con una sublimación de la calle Estafeta. Más abajo, el de 2007, conocido como "Toro de Lija", con similares técnicas de composición y concepto.


Cartel ganador de 2001, de Pablo Errea.


"Toro de lija", 2007.

En 2008, el jurado ha premiado la técnica pictórica, aunque combinando la sencillez del concepto y la fuerza y nitidez de los colores. Se llama "Con tacto" y emplea la temática del encierro. Su autor es un periodista natural de Pamplona, Miguel Ángel Antoñanzas, pero que reside en EE UU, desde hace años, donde trabaja para la CNN.


"Con tacto", ganador en 2008.

Son muchos, entre 500 y 1.000, los carteles que se presentan cada año, pero el jurado sólo puede elegir uno. En la recámara quedan chispazos de talento que no gozan de esa "gloria" que da estar entre los "elegidos" que han logrado ver su composición en miles de camisetas y en todos los programas oficiales de las fiestas. Todos ellos forman parte de la historia gráfica de Pamplona, pero también de la letra pequeña de la Historia del Arte.

1 comentarios:

El taller de Curra - Cartonnage dijo...

Buscando antiguas postales de San Fermín y de Pamplona os he encontrado..! que estupenda recopilación de carteles..!! algunos son fantásticos..!! Saludos