A mí me parece una maravilla, y no dudaría en llevar a cualquier niño porque estoy seguro que se lo pasarían de miedo entre tanto pasadizo, escondite y por supuesto libros. Cintas de colores envuelven el espacio y juegan con él espacio. Un lugar para despertar la curiosidad de los niños, con cuentos, historias, dibujos y colores…
Un lugar donde aprender la realidad de la mano de la imaginación.
En la planta baja la sala de actos, para escuchar y ver las historias narradas. El arco iris y 12 cintas de colores envuelven el techo, las paredes y en el suelo, las mismas, plegadas, forman las gradas.
Las cintas de colores se escapan de la sala de actos y trepan por la escalera conduciendo al niño hasta la librería situada en la planta superior, para jugar con el espacio, con los libros y los niños.
Las cintas no paran, giran y se retuercen, son estanterías, mesas, una cueva o un tobogán…
Por último, para completar, la fachada. Con ventanas redondas a modo de calidoscopio o catalejos, permiten mirar a fuera, al mundo real, pero también sirven para tumbarse, cobijarse y leer, en un espacio protegido entre la realidad y el sueño.
Un gran acierto la combinación de color, fantasía y juegos. Y una cosa más, no hay que discutir, la importancia de crearnos el hábito de la lectura desde niños, está muy reforzada con librerías tan originales como esta. Saludos!!
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