
La propuesta se basa en un forro impreso que además de dar confort y un mullido apoyo, consigue hacer atrayentes, hasta a las más aburrida y anónimas sillas de oficina.
Su Chair Chair pad no toma los infinitos caminos del plagio, camino fácil y elegido por muchos (basta con pensar en todos los ejemplos de falsas copias de Le Corbusier o Van der Rohe que encontramos por ahí), sino que juega con los efectos ópticos del trampantojo y con el concepto de que el hábito no hace al monje, pero si lo hace más agradable al ojo y en este caso… ¡al trasero!

La joven diseñadora con este proyecto completamente realizado a mano, actúa a 2 niveles: no solo transforma objetos comunes para sentarse, sino que también da un toque personal y familiar en espacios públicos, de manera inmediata.

Ahora que alguien diga que no puede tener una silla de Diseño en su casa. Auténticamente original y cargado de potencia. Saludos!!
0 comentarios:
Publicar un comentario