19 de diciembre de 2010

Los 103 de Niemeyer

Oscar Niemeyer (Oscar Ribeiro de Almeida Niemeyer Soares Filho), brasileño, nacido en Río de Janeiro en 1907 y el pasado 15 de diciembre cumplió 103 años. Pero si extraordinaria es su obra, no lo es menos el hecho de que siga trabajando cada día, levantándose con mil cosas por hacer, con el mismo entusiasmo de sus comienzos.


Estas fueron, entre otras, sus palabras:
"Estaré con los amigos, trabajaré, colaboraré con todos para que el mundo sea mejor, haré mis cursos sobre los problemas de la naturaleza y el cosmos... es que tengo un profesor muy inteligente y me muestra la grandeza del universo y lo pequeños que somos"


Serían necesarias muchas páginas para hablar de la producción de uno de los más grandes arquitectos de todos los tiempos.


Por ejemplo, el campeón del Gran Premio de Brasil de Fórmula 1 (Vettel), recibió un trofeo diseñado especialmente por Oscar Niemeyer.
Se trata de una pieza ecológica fabricada con un tipo de polietileno denominado “plástico verde”, porque es producido a partir del etanol de caña de azúcar, una fuente de energía renovable que no agrava el efecto invernadero.
Esta pieza se pretende comercializar el plástico verde en todo el mundo a partir del 2011. Niemeyer creó en 15 segundos el diseño de la pieza, inspirada en una de sus obras más conocidas, el Palacio de Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia brasileña.



Siempre ha destacado por su espíritu rebelde e inconformista. Su maestría no sólo queda patente en sus diseños, sino también en su claridad de conciencia y compromiso en contra de las injusticias del mundo.


Un brasileño universal y gran humanista que nos deja su legado transformador, físico e inmaterial. A la pregunta de cuál es el papel de la arquitectura en el siglo XXI, responde:
“El papel del arquitecto será luchar por un mundo mejor, donde pueda hacer una arquitectura que sirva a todos y no sólo a un grupo de hombres privilegiados”.


Es una de las figuras clave en la arquitectura moderna de los siglos XX y XXI. De la genialidad de su trazo han nacido nada menos que 457 edificios en varios continentes. Ha sido un gran promotor de las ideas de su colega suizo Le Corbusier y fue pionero en la explotación de las posibilidades constructivas y plásticas del hormigón armado, el brasileño se atrevió a romper con la monótona racionalidad imperante allá por los años 40.


Destaca en su obra la originalidad de su trazo y su imaginación a la hora de proyectar los edificios, siempre sinuosos, revolucionarios como él mismo.


Celebró 103 cumpleaños con la inauguración del edificio que alojará la Fundación que lleva su nombre, ubicado en Niteroi, ciudad vecina a Río de Janeiro. La futura sede de la Fundación Oscar Niemeyer lleva el sello inconfundible del arquitecto: es un edificio blanco de formas curvas, construido en cemento armado y con una rampa retorcida para acceder a su interior.


Con una superficie de cerca de 4.000 metros cuadrados, el edificio se convertirá en un espacio cultural que albergará un centro de investigación y de documentación sobre artes, y que alojará una escuela de arquitectura y humanidades que también llevará el nombre del padre de Brasilia.

A muchos kilómetros de distancia, en la localidad asturiana de Avilés, también fue ayer protagonista el arquitecto brasileño, pues se inauguró el centro que llega su nombre con un acto en la cúpula (uno de los edificios del proyecto).


El arquitecto desveló que está trabajando en un nuevo proyecto que consiste en construir un acuario “dentro del agua”, un reto que, según él mismo reconoció, “nunca nadie ha hecho antes, y eso resulta entretenido”.
La Fundación es la sexta obra del creador brasileño en el llamado «Camino Niemeyer», un conjunto arquitectónico que bordea la costa de Niteroi, en el que destaca el icónico Museo de Arte Contemporáneo, junto a la plaza JK, el Memorial Roberto Silveira, el Teatro Popular y la terminal de barcas de Charitas. Todavía en fase de construcción la Torre Panorámica, el Centro de Convenciones y el Centro de Cine, todas estas obras con la firma del arquitecto.






"No me siento atraído por los ángulos ni por las líneas rectas, duras e inflexibles, creadas por el hombre. Me siento atraído hacia las curvas que fluyen libremente, sensuales. Las curvas que encuentro en las montañas de mi país, la sinuosidad de sus ríos, las olas del océano y en el cuerpo de la mujer amada."


¡FELICIDADES!

1 comentarios:

Señor Werty dijo...

Increíble su trabajo y su dedicación

sau2