El prototipo ha sido realizado por François Knorreck y como podéis ver en las imágenes se trata de un sidecar de lujo, y de apariencia bastante cómoda.
Esta es la historia de un hombre que tenía un en un mismo vehículo. Bajo el nombre de Knorreck comenzó su sueño de fusionar una moto y un coche hace diez años y, tras 10.000 horas de trabajo y una inversión de 15.000 euros, su singular proyecto vio la luz: una creación increíble que se ganará las alabanzas de ‘tuneros’ y aficionados al motor de todo el mundo. Snaefell Project, bien podría ser el sidecar más complejo de la historia.
Para hacer realidad su genial idea, Knorreck ‘tuneó’ una Laverda 3LC de 1.000cc para convertirla en un moto deportiva. Tras este primer trabajo se embarcó en la parte más difícil: hacer el sidecar más cómodo y perfecto del mundo.
La ‘parte automóvil’ ha sido fabricada artesanalmente con componentes de muchos vehículos. El chasis es de aluminio, mientras que la carrocería es de fibra de carbono y poliéster. Por su parte, los tapacubos son de un Volkswagen GTI, las ruedas de un Audi 80, las luces traseras de un Citroën Xantia y los faros delanteros de una motocicleta, concretamente de una Kawasaki 1.000 RX.
iUna ensalada de materiales! y componentes automovilísticos que, junto a la mítica Laverda, ofrecen este resultado.
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